viernes, 3 de abril de 2009

El camino único para llegar al éxito


La llegada de un nuevo intérprete a la palestra musical es motivo de celebración. Mejor si viene acompañado de un trabajo musical que enriquezca la oferta de estos tiempos. El dúo Víctor y Leo. Dos hermanos brasileños que conquistaron la juventud del gigante del Sur y se aprestan a hacer lo mismo aquí en el Norte.

Nada es igual es su primer disco en español. Producción discográfica que trae diez temas compuestos por Víctor que apuestan por la fusión de ciertos ritmos folclóricos del país sudamericano con el pop internacional. Peculiar mezcla que resulta en una sentida interpretación que llama la atención.

Cómo explicar el éxito que obtuvieron en Brasil es la primera pregunta que le hacemos a Víctor. “El éxito no fue repentino. Es el resultado de más de quince años de mucho trabajo, sacrificio y desilusiones que (luego) trajeron las victorias”, contesta Víctor, Vitor en portugués, a punto de cumplir 34 años en abril. Un éxito que parte de las entrañas de la música sertaneja. La típica música del interior del país, compuesta de una melodía sencilla, pero muy melódica, que mezclada con los tonos pop conquista a la gente del campo y la ciudad por igual.

De hecho, Víctor y Leo son pontanoveses. Oriundos de Ponte Nova. Una localidad situada en la geografía brasileña. Luego se fueron a Cajamar con los padres y cuando apenas tenían 18 años de edad ya llevaban la música a su manera. Pero un día cantaron juntos, surgió el dúo y debutaron en la feria del pueblo. Un debut que los impulsó a continuar, pero la crisis económica que el país vivía en los años 1990 impedía el avance.

“Fueron tiempos difíciles para mi familia”, recuerda Leonardo, quien cumplió 33 años el pasado mes de octubre. “Nos mudamos a Bello Horizonte”. La capital del estado de Minas Gerais. Allí optaron por tocar su música en los bares. Grabaron un par de maquetas y se mudaron a Sao Paulo. Una de las metrópolis más grandes del mundo con casi 20 millones de habitantes y una infraestructura urbana que impresiona a cualquiera.

“No conocíamos a nadie allí, pero sabíamos que si queríamos desarrollar nuestra música y crecer, teníamos que ir a esa ciudad”, recuerda Víctor.

Obtuvieron un contrato para el primer disco, pero no pudieron escoger las canciones y los obligaron a producir un sonido diferente. La típica confrontación entre el artista que quiere su música y la disquera que vela por sus intereses mercantiles. No obstante, la disquera se equivocó y el resultado fue fatal. Experiencia que forzó al dúo de hermanos a producir la música que ellos sienten.

“Durante muchos años relacionábamos el éxito con la fama”, confiesa con humildad Víctor. “La verdad es que tan pronto dejamos de pensar así y nos concentramos en llevar un mensaje positivo con nuestra música, empezamos a ver los resultados”.

Así creció la popularidad del dúo en los bares de Sao Paulo. Incluso grabaron un disco en vivo para venderlo durante los espectáculos. Sorpresivamente una emisora de radio comenzó a tocar una de las canciones. Luego otra emisora hizo lo mismo. Otra más y así sucesivamente llegaron a más gente, hasta conseguir la fama que llenó el estadio de futbol y luego extendieron por todo el país. Una memorable historia que denota el convencimiento en lo que se hace y el empeño como camino único para llegar al éxito.

Ahora en Miami se enfrentan a un doble desafío: Cantar en español y conquistar al público con la misma música y las letras con las que sedujeron a su país. Preparados están. Tomaron clases de español y adaptaron las letras con la ayuda de compositores como Aureo Baqueiro y Leonel García, del desaparecido dúo Sin Bandera.

No faltan las preguntas de siempre ¿Están casados? ¿Tienen familia?, pero eso lo dejamos para la columna de farándula. Víctor y Leo están enfrascados en vencer las fronteras.

Canciones como Amigo apasionado, Recuerdos de amor y Sigo extrañándote, así como el primer sencillo que da nombre al álbum, Nada es igual; tienen madera de éxito. Son canciones que cuentan con letras aparentemente simples, que apuestan por el día a día. Cada una de ellas resaltada por la armonía de la música y las voces. La fórmula perfecta para concebir el buen gusto.


Fonte: http://www.larevistadeldiario.com/

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